Sentada, ante su pequeño tenderete, ofrece un bollo a un niño acompañado de sus padres. Detrás, dos damas, turbadas por la mirada de un caballero, cubren su rostro con sus abanicos.
Pintada en 1780 para servir de modelo a un tapiz, destinado al tocador de la entonces Princesa de Asturias, María Luisa de Parma, en el Palacio de El Pardo.
Fuente: Catálogo de las Pinturas, 1990, pág. 117-118. Museo Municipal de Madrid.