Durante la Guerra de la Independencia, los franceses saquearon gran parte del patrimonio pictórico del país. Así es como cuenta Miguel Agustín Príncipe, autor del libro que ilustra esta xilografía, el robo de cuadros en Sevilla:
"A tan estraordinario conjunto de males, debe agregarse el sentimiento de ver despojados los conventos y demas edificios públicos de las producciones de bellas artes debidas a los delicados y valientes pinceles de los Murillos y Zurbaranes, las cuales formaban las delicias y orgullos de los andaluces. Sevilla, principal depósito de tan estimables tesoros, sintió más particularmente la codiciosa diligencia del conquistador en este punto, habiéndose reunido en el alcázar una comisión imperial con el objeto de recoger para el museo de París los mejores cuadros que se hallasen en las iglesias y conventos suprimidos."